Como todos los caminos a Roma. El pasado martes 23 de enero, en la capital italiana, se llevó a cabo una manifestación en defensa de los espacios feministas. Sin el apoyo del Estado, e incluso con riesgo de desalojo como consecuencia de la política del actual gobierno, el movimiento feminista romano se convocó en la plaza del Campidoglio para reclamar a la administración de la sindaca Virginia Raggi una solución a la situación de desamparo de los proyectos que trabajan por los derechos de las mujeres y luchan contra la violencia machista. Cumbia, murga y las voces de distintos colectivos feministas fueron la previa hasta ingresar al Consiglio en búsqueda de respuestas por parte de una Junta que no demostró interés en el reclamo.
Una tarde fresca pero con sol, en una Roma siempre llena de turistas paseando, fue el escenario de la convocatoria realizada por la red Non una di Meno (“Ni una menos”) para visibilizar la actualidad de las distintas realidades de militancia feminista y reclamar políticas estatales que tutelen su trabajo en la comunidad. Algunos minutos después de las cuatro de la tarde empezó a sonar cumbia por el altoparlante, mientras la gente se acomodaba en las escaleras y la explanada de frente al palacio del Comune. La Delio Valdéz, Gilda, y Chico Trujillo se escucharon antes del inicio de las intervenciones de los distintos espacios participantes.
Entre las convocantes se encontraban la “Casa Internacional de las Mujeres”, la “Casa de las mujeres Lucha y Siesta”, el “Centro de mujeres L.I.S.A.”, el “Centro de mujeres D.A.L.I.A.”, y el espacio “Perras sueltas”, quienes más están sufriendo el desinterés del gobierno del Movimento 5 Stelle por políticas que ayuden a las mujeres víctimas de violencia machista. También estuvieron presentes las mujeres de la Unione Donne in Italia (UDI), asociación de promoción política, social y cultural fundada en 1945. La cobertura mediática estuvo asegurada por una buena cantidad de reporterxs gráficxs y distintos medios independientes, entre los que se encontraba la radio web Radio Sonar, encargada de la transmisión en directo de los discursos.
En declaraciones a Radio Sonar, la autora y directora Anna Maria Bruni, explicaba que “los escenarios en este momento son muy inquietantes porque muchos espacios de la mujeres están en riesgo. Son sobre todo centros antiviolencia que desde hace años le permitieron a tantas mujeres poder denunciar su situación de violencia y construir juntas una salida para volver a la sociedad como mujeres autónomas y libres. Estos espacios hacen welfar, dan servicios, y deben ser absolutamente tutelados”. Por ese motivo, y ante la falta de políticas públicas, Brunni exigió “resolver de una vez por todas esta situación”.
Con respecto a la legalidad que se les exige a los espacios ocupados por los colectivos feministas, para cuestionar la legitimidad de su militancia, Bruni lamentó que haya una “obtusidad en afrontar el tema de la legalidad, porque hay situaciones que están al límite de la legalidad pero son profundamente legítimas. Y esto significar tener en cuenta las necesidades de las personas, en este caso de las mujeres. Por lo tanto, la legalidad comienza teniendo en cuenta la necesidad que la realidad manifiesta. De otra forma es una legalidad obtusa que no lleva a ningún lado”.
Un ejemplo concreto de la mencionada obtusa legalidad es el caso de la “Casa de las mujeres Lucha y Siesta”, cuya propiedad, ocupada desde hace diez años, pertenece al ATAC (la empresa, mitad estatal y mitad privada, que gestiona el transporte público en Roma). Debido al pasivo millonario en sus balances económicos, el ATAC debe vender sus propiedades para reducir su deuda, poniendo en riesgo la continuidad de un proyecto que desde hace una década ayuda a mujeres en situación de violencia, trabajo que el Estado no realiza.
De esta manera, “Lucha y Siesta” corre riesgo de cerrar desde hace un mes y medio porque “el establecimiento de via Lucio Sestio 10 se encuentra dentro del elenco de bienes que el ATAC debería deshacerse para llenar el hueco del balance”, según explicó Michela en comunicación con Radio Sonar. Por tal motivo, contó que desde ese período de tiempo se encuentran realizando iniciativas, una petición a través de internet y encuentros con la Junta del Campidoglio para quitar el establecimiento de via Lucio Sestio de esa lista y se les permita tener el tiempo suficiente para “desarrollar una forma alternativa del proyecto”.
Luego del inicio con cumbia, y del discurso de apertura de la manifestación, fue el tiempo de la expresión artística con la presencia de la murga bailando al ritmo de la percusión. Después se fueron sucediendo las distintas voces que intervendrían en la tarde esperando una reunión con la Junta de Gobierno. Una de esas intervenciones fue la de Giulia Potenza, de la UDI, quien contó que “el municipio de Roma, de manera arbitraria con una simple carta documento”, les impuso un precio por la concesión que está muy por encima de sus posibilidades, “sin tener en cuenta el rol histórico, político y nacional” de la UDI.
Un común denominador para todos los casos que se manifestaron en el Campidoglio es la falta de diálogo o el desinterés por parte de las autoridades de la ciudad para afrontar una problemática que afecta a muchas mujeres. En este sentido se manifestó Maria Brighi, durante la transmisión de Radio Sonar, al describir la situación de la Casa Internacional de las Mujeres: “al momento no hay novedad. La situación está siempre en el punto de partida. Creemos que es necesario una voluntad política de resolver la cuestión de la Casa Internacional de las Mujeres y de los otros centros que están bajo riesgo de desalojo”. Por su parte, Michela de Lucha y Siesta coincidió en señalar la responsabilidad del gobierno: “nosotras no pensamos nunca que una sindaca mujer resolviera los problemas de las mujeres de Roma o se interesase particularmente en cuestiones de género. Parece que la junta se concentrò sobre otras emergencias del comune de Roma y, de hecho, la cuestión de las mujeres no está en el centro, lamentablemente”.
También Giulia Potenza, de la UDI, en su intervención apuntó contra la falta de reconocimiento al trabajo que realizan por parte de la administración 5 Stelle: “solicitamos un momento de diálogo y confronte, y también de reconocimiento político que hasta ahora el comune nos negó siempre”. Más contundente fue Graziella, de la red Non Una di Meno, cuando describió la importancia de los espacios feministas ante la ausencia del Estado: “a nosotras nos sirve demostrar que hay una necesidad de continuidad, de welfare, porque efectivamente esta ciudad, si no estábamos los centros y las realidades ocupadas, y no sólo de las mujeres, era una ciudad muerta, ascética, llena de intereses y de inmundicia, como todas las ciudades italianas”.
Cuando el sol se había ido de la ciudad eterna, a los pies de la loba capitolina que amamanta a Rómulo y Remo, continuaba la manifestación con el micrófono abierto a los distintos espacios feministas. Con música se amenizó la espera hasta poder entrar al Consejo para obtener respuestas. Lamentablemente eso no sucedió. Sin habérseles otorgado formalmente la palabra, las militantes feministas se hicieron oir ante los pocxs representantes que allí se encontraban presentes para expresarles su repudio y cuestionar la votación que se estaba por realizar para consentir el proceso de venta de los inmuebles del ATAC. Se escucharon acusaciones de “haber vaciado de sentido la democracia” y de no “estar en grado de discutir la ciudad”.
Con bronca, pero convencidas de su reclamo, se retiraron del Consejo las militantes feministas que habían logrado ingresar en sala. Conscientes de la importancia de su trabajo cotidiano y de la fuerza de sus ideas ya se encuentran preparando lo que será el 8M, la movilización del ocho de marzo, seguras de que la Roma feminista no se desaloja.