desgener_copia_Las relaciones de desigualdad y las diferencias de poder entre varones y mujeres, arraigadas en el sistema patriarcal, tienen a la violencia de género como “la” herramienta, para mantener el control y el sometimiento de las mujeres y de otros géneros no hegemónicos. A pesar del grito masivo #NiUnaMenos, en Morón vemos retrocesos en políticas públicas de género.

Cambió el enfoque
Luego que asumió la gestión PRO, Liliana Romero, a cargo de la Dirección de políticas de género, informó que desde allí abordan las problemáticas de violencia de género y violencia familiar. “Hablar de violencia familiar es retroceder 20 años” asegura Zulema Palma, integrante Mujeres al Oeste, “porque la violencia contra las mujeres no se da sólo en el contexto familiar y porque esa ´violencia familiar´ no necesariamente toma en cuenta las relaciones de poder asimétricas dadas por el género también al interior de la familia”. Explica Zulema: “Con este enfoque ‘familiar’ ponen como ´bien´ principal a la ´familia unida´, aún a costa de la salud y el bienestar de las mujeres y lxs niños”.

Discontinuidad
El Centro Municipal Vivir Sin Violencia es un espacio que funciona desde el 2005 para la atención, asistencia y contención a mujeres, pero “a partir de este año comenzó a intervenir con personas que atraviesan situaciones de violencia, no sólo mujeres, ampliando la mirada del sujeto de intervención”, informó Liliana Romero. “Ahora también atiendan a hombres ignorando la ley 26.485 que habla y define la violencia hacia las mujeres” afirmó una ex empleada del Centro. Las modificaciones de este dispositivo de trabajo comenzaron a principio de año con despidos de trabajadorxs profesionales contratadxs por la gestión anterior, hoy de ellxs sólo queda una. El Centro quedó sin el personal idóneo con el que contaba y las profesionales denunciaron públicamente que sufrieron maltrato antes de ser despedidas. Una de ellas contó a G! que no están haciendo evaluación de riesgo para la entrega de botones antipático y que lxs pocos profesionales que trabajan en la actualidad no tienen capacitación en género.

Desarticulación
La nueva gestión implementó la “Mesa Local de Trabajo” pasando por encima de la Red por la no violencia de género, en la que confluyeron distintos actores durante los últimos años: organizaciones sociales, obras sociales como PAMI, algunos programas provinciales, el sector judicial, la comisaría de la mujer y el área municipal correspondiente. En lugar de recurrir a la red que ya funcionaba, como sí se hizo en Hurlingham, decidieron abrir otro espacio donde el municipio sea el convocante y quedó de lado todo el trabajo que se realizó. La falta de atención a la comunidad también se hizo evidente cuando la Dirección de políticas de género decidió no participar del Encuentro Regional de Mujeres que se realizó en septiembre en Morón. Le preguntamos a la directora Romero (una nutricionista que antes trabajaba en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el área de adultos mayores) por el regional y dijo: “No fuimos convocadas a participar como Dirección de Políticas de Género”. Su respuesta desconoce la lógica del Encuentro, una convocatoria en la que no se invita a nadie especialmente, sino que es abierta a todas las mujeres. A pesar de las 1500 mujeres reunidas durante todo el día, debatiendo sobre diferentes temas que las atraviesan, la Dirección prefirió ignorar lo que sucedía en su territorio y no estuvo ahí para escuchar qué dice la población a la cual se dirigen sus políticas.

Entre paréntesis: No es extraño que el gabinete del intendente Tagliaferro, conformado por diez funcionarixs, sólo incluya una sola mujer.

Darío Arias, de la organización Conurbanos por la Diversidad, también observa “un fuerte desmantelamiento de las políticas de derechos humanos, género y diversidad sexual, que se refleja en la suspensión de las políticas que favorecían la inclusión de la comunidad LGTBI”. Además advierte un avance de violencia policial hacia lxs trans en las calles moronenses y su preocupación aumenta porque han recibido amenazas de grupos neonazi.

“En lo que va del año, el médico del consultorio inclusivo de Morón no recibió su remuneración, dejó de funcionar el servicio psicológico y fue levantado el programa de salud sexual y reproductiva. Tampoco se cuenta con mecanismos de inclusión que se articulaban con las áreas de acción social y empleo” denunció Darío.

Ni un paso atrás
Darío recuerda: “Morón fue pionero hace más de diez años atrás, en la incorporación de la perspectiva de los derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTI y derechos humanos en general y lo ha desarrollado desde un enfoque de transversalidad y abordajes integrales articulado de manera conjunta con las organizaciones de la sociedad civil”.
“Dada la persistente denuncia, el municipio no va a tener otra opción que trabajar la temática. Seguramente implementará una política de diversidad sexual porque no le queda otra” remarcó Darío Arias. Y advirtió: “Este año se votó el cupo laboral para personas travestis y trans que debe garantizar unos 50 puestos de trabajo y todavía no se cumple”… Hasta el 2017.

Si ampliamos la mirada a la provincia, dos datos hablan de la desidia en políticas de género:

1- La decisión tomada por la gobernadora Vidal de dar marcha atrás en la adhesión al protocolo nacional de aborto no punible.
2- Según los datos publicados por la Contaduría General de la Provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Salud provincial ejecutó durante el primer semestre de 2016 sólo el 2.08% del total asignado al Programa de “Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género”.
A nivel nacional, pasan los gobiernos y el aborto no se despenaliza, ni se garantiza que las mujeres tengan acceso a interrupciones de embarazo legales seguras y gratuitas en el hospital público.