[Por Julieta Nebra*]  Se cumple un año de aquel 5 de febrero en el que Marcos Portela, un joven de 18 años, apareció muerto en la comisaría N°8 en el barrio Las Catonas de Moreno. La versión policial fue que se suicidó, pero su familia reclaman que se esclarezcan las condiciones de su muerte. Qué elementos apoyan las dudas de la familia y cómo sigue su reclamo de justicia a un año de perder a Marcos.

No hay nada más absurdo y cruel que morir bajo la vigilancia del Estado. Por eso, cuando las versiones oficiales sostienen que Marcos se suicidó, nadie se queda tranquilo. Mucho menos cuando se trata de un pibe de 18 años, lleno de amigos y con toda una vida por delante.

Marcos y sus amigos habían salido a bailar el viernes y a la madrugada del sábado 4 fueron detenidos él y otro chico de 15 años por el presunto robo de un celular. En ese momento, fueron trasladados en patrullero y alojados en la comisaría 8va de Las Catonas. El lunes 5 de febrero, a las 4 am, un oficial se comunicó con Ana Evelina Córdoba, la mamá de Marcos, y le dijo que había ocurrido un problema con su hijo. Al llegar a la comisaría, le informaron que se había quitado la vida. Al menos cinco horas tardó la joven mujer en entender lo que le estaban diciendo, ella no lo creía, lo seguía llamando para que apareciera, no podía ser cierto lo que le decían, ¿cómo es posible que en un lapso de poco más de 48hs, un chico pase de estar bailando con sus amigos y amigas a estar colgado en el ventiluz de la celda de una comisaría?

Su mamá y amigos están seguros de que lo mataron y señalan algunos elementos que por lo menos llaman la atención.

Arreglos y estafa. Al llegar por primera vez a la comisaría, luego de enterarse que su hijo estaba detenido, un policía le ofreció a Ana “arreglar” por el monto de $150.000 la liberación de Marcos y evitar los 3 o 4 años de pena por el robo de un celular. Pero este ofrecimiento ilegal desde el primer momento, además resultó en una estafa a una mujer desesperada por proteger a su hijo. Apenas ella le entregó el dinero que tenía destinado para el pago de su alquiler, este hombre la acusó de “soborno” quedándose con el dinero y dando curso a la denuncia formal de Marcos. Ana le pidió que por favor lo cuiden “es un pibe, es su primera causa, no lo manden con los otros presos”, a lo que el policía le contestó con cinismo “quédese tranquila señora, su hijo va a estar solo”.

Malos tratos y tortura. El domingo al mediodía Ana concurrió a la comisaría junto a la novia de Marcos, para llevarle algo de comida y bebida fresca. En la puerta observan que una mujer joven se resistía a ser bajada del patrullero por los oficiales que querían ingresarla a la comisaría. En ese momento, Ana pasó por alto la situación pero fue esta misma mujer quien luego de que se difundiera la noticia de la muerte, se acercó a ella para contarle que había compartido algunas horas con el joven. En el libro de actas de detenidos de la comisaría al cual tuvimos acceso, consta su ingreso a las 13.30 y su salida en libertad a las 18 de ese mismo día, por lo que compartieron unas 5 horas en celdas contiguas. El chico le había ofrecido un cigarrillo pero le había pedido que no se acercara mucho porque estaba sin ropa, y le había contado que por la mañana lo habían desnudado, mojado con agua fría y rociado con un matafuegos. La mujer siguió en contacto con la madre por un tiempo, pero nunca declaró oficialmente.

Una medida cautelar sobre la comisaría y llegada tarde del oficial que lo encuentra muerto. Cuando el padre de Marcos se enteró que su hijo estaba detenido en Catonas le insistió a Ana en que lo sacara de ahí “es la peor comisaría”. Efectivamente, de las 1.209 dependencias policiales en el territorio provincial, la comisaría 8va de Las Catonas es una de las 21 comisarías afectadas por medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) durante el 2016 y 2019. En 2023 Catonas era una de las 5 comisarías observadas que seguía alojando personas detenidas aunque en menor cantidad, según un informe elaborado por la Sala V del Tribunal de Casación Penal y la Autoridad de implementación y seguimiento del programa de cumplimiento de la Sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. En las observaciones de este informe se consigna que no se estaban ejecutando las “tareas generales de refacción + items de seguridad” (sic). Inclusive durante el 2020 la comisaría fue intervenida debido al accionar de sus policías quienes habían realizado allanamientos y detenciones irregulares y fueron captados por las cámaras caminando por el barrio disparando a quemarropa por todos lados.

La siguiente señal de alarma tiene que ver con las tareas de inspección de las celdas y cuidado de los detenidos. El oficial Franco Flores era la persona encargada de las tareas de inspección (imaginaria) pero fue designado para acompañar a una mujer detenida al hospital, por lo que Marcos quedó completamente solo en el sector de celdas ya que tampoco había otra persona detenida en ese momento. El oficial Diego Balmaceda era la segunda persona que debía asumir las tareas de inspección y según el comisario Marcelo Ortigoza, Balmaceda le habría solicitado permiso a la oficial Celeste Arellano para llegar más tarde por problemas familiares, aunque esto no consta en el libro de guardia. Según el informe de Asuntos Internos en dicho libro no se registra personal abocado a la función de “Imaginaria de Calabozo” y a su vez se observa que el oficial Balmaceda inscribe su presentismo a las “00.20” y el número “2” está enmendado con liquid paper. Según Celeste Arellano, vio a Marcos por última vez a las 19hs, estaba tranquilo y le dijo que se encontraba bien. Cinco horas y media después, a las 00.30 Balmaceda dijo haberlo encontrado ya sin vida.

Según la reglamentación interna de comisarías de la provincia los calabozos deben inspeccionarse cada 2hs y “custodiar  los  detenidos  alojados  en  la  Dependencia,  extremando  la  requisa  de los  calabozos  a  fin  de  evitar  la  permanencia  de  objetos,  utensilios,  o  todo  otro elemento  que  pueda  ser  utilizado  por  el  preso  como  arma  contra  su  propia  integridad física o del personal.” (resolución Nº 37136). Pero esto no ocurrió aquel 4 de febrero.

Consultamos a la abogada encargada del seguimiento del caso del Programa de Monitoreo Territorial de la Violencia Policial de la Comisión Provincial por la Memoria, quien refirió que la autopsia fue realizada según los protocolos establecidos y que el resultado había sido “muerte por mecanismo violento por asfixia por compresión”, cuestión que indicaría que la muerte se dio efectivamente por el ahorcamiento con el trozo de tela con el que lo encontraron. Ana, su madre, insiste en que deberían haberle realizado una segunda autopsia, como suele efectuarse en estos casos. La abogada de la familia María del Carmen Verdú, integrante de CORREPI, también sostuvo la conformidad con el proceso de peritaje y autopsia ya que se habría actuado de manera correcta en el procedimiento pero sostuvo que es imposible determinar si él estaba solo, si había alguien allí amenazandolo o si fue colgado por otras personas. A pesar de esto, ambas coinciden en la evidente negligencia policial para garantizar la vida del joven que era el único detenido en ese momento y a quien deberían haber cuidado.

Según el relevamiento de la CPM entre 2012-2023 murieron al menos 234 personas en comisarías de la provincia, un 38% por ahorcamiento, seguido de un 32% por “causas desconocidas”, un 17% por problemas de salud, un 8% por incendio y un 5% por homicidio.

El periodista Facundo Lo Duca, quien realizó una profunda investigación denominada “Custodia Letal” sobre este caso y otros como el de Nicolás Gómez y el de Daiana Abregú, se comunicó con el Ministerio de Seguridad y le informaron que no consideraban que existiera problema alguno ante los casos de ahorcamientos en las comisarías. Pareciera que la estadística que demuestra que en la Provincia de Buenos Aires ocurre un “suicidio” al mes por ahorcamiento en alguna comisaría, no bastase para implementar medidas serias de cuidado de las personas detenidas. Estar solo en una celda durante días, sin saber nada de sus seres queridos, con calor y maltratado, es una situación angustiante para cualquiera, y sobre todo para un chico de 18 años a quien la vida ya lo venía golpeando bastante.

El caso es investigado por la fiscalía N°7 de Moreno y el juzgado de garantías nº3. En la actualidad hay dos personas imputadas, pero las fuentes consultadas de CORREPI y CPM consideran que lo más probable es que ante los resultados arrojados por la autopsia y las pericias, la causa penal no siga su curso, si bien se podría llevar adelante una denuncia a la Provincia de Buenos Aires por incumplimiento de los deberes de funcionario público y falta de cuidado.

Ante la pregunta sobre su muerte, sea cual sea la verdad -suicidio u homicidio- la única respuesta es que nadie debería morir colgado en una celda bajo supervisión estatal. Por eso es que la familia, amigos y vecinos continúan exigiendo que se esclarezca el caso y se haga justicia. Mientras tanto, Marcos continúa visitando a su mamá en sueños, sonriendo como siempre, mientras ella sigue esperando que él finalmente pueda descansar en paz.

*Trabajadora Social y doctora en Antropología. Es parte del Programa de Estudios Sociales en Género, Infancia y Juventud de la Universidad de San Martín y del Centro de Referencia Territorial del Departamento Judicial de San Martin. Docente de la Universidad de Buenos Aires y autora del libro “Los pibes en el barrio. Juventudes, territorio y políticas sociopenales desde un enfoque interseccional” (Ed. La Hendija, 2023).