La última vez que se las vio con vida fue el viernes 19 de septiembre. Las tres jóvenes – Brenda del Castillo (20), Lara Gutiérrez (15) y Morena Verdi (20) – subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca al costado de la rotonda de La Tablada, el punto exacto donde confluyen la Ruta 4 y Avenida Crovara. Justo detrás, se alzan como gigantes los monoblocks donde ellas vivían con sus familias.

Casi una semana después, en esa misma esquina, el dolor y la rabia encendieron el fuego en La Tablada. Eran las 18:30, apenas minutos después de que concluyera el velatorio de las víctimas.

No hay víctimas buenas ni malas: hay femicidios

“Lo que pienso es: ¿mirá si me toca a mí?. Hay que hacer justicia. Tienen que meter presos a esos narcos hijos de puta que hicieron eso”. Valentina tiene 15 años. La misma edad que una de las chicas. Está enojada. El sentimiento es ese. De enojo, bronca, injusticia, arrebato, desolación. Sobre todo son mujeres las que se acercaron hasta el lugar. Mujeres grandes y chicas, mujeres vecinas, mujeres madres, tías, abuelas, sobrinas. “Yo las conocía del barrio. Una era madre de un bebé. Por más que hacían lo que hacían, eso no quiere decir que tenían que volver muertas a sus casas. No importa. No tenían derecho a matarlas”.

Valentina no está sola. La acompaña su mamá Valeria, también vecina de los monoblocks de La Tablada. “Queremos que se encuentre a los culpables. Acá nos vamos a quedar hasta que se haga justicia”. 

 

La pista narco

Los cuerpos de las tres chicas fueron encontrados este miércoles en una vivienda de las calles Jáchal y Chañar, en Florencio Varela. La investigación apunta a una banda narco que opera en la Villa 1-11-14 de la Ciudad de Buenos Aires.

Hasta el momento, hay cuatro personas detenidas: Magalí Celeste González Guerrero, Daniela Iara Ibarra, Maximiliano Andrés Parra y Miguel Ángel Villanueva Silva. La causa que recientemente pasó a manos del fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Adrián Arribas, los acusa de “homicidio calificado” con alevosía, ensañamiento y por violencia de género (femicidio). Los cuatro se negaron a declarar este jueves. La justicia busca ahora a un presunto ideólogo: un narcotraficante de 23 años conocido como “Pequeño J”.

Foto: FM En Tránsito

La bronca de las madres

Al costado de la rotonda, la mamá de Brenda permanece de pie. Viste una remera con la cara de su hija. Habla poco. Tiene los ojos hinchados y la voz muy cansada. Como puede, pide justicia. Dice que no sabe nada sobre lo que pasó con su hija y que nadie le informa sobre la investigación. En ese momento, una mujer la interrumpe con un abrazo. Le transmite fuerzas al oído. La mamá de Brenda le agradece. Esa mujer es Sandra, vecina del barrio conocido como Los Chalets. “Vine para acompañar a las vecinas. Como madre, como vecina, como ciudadana. El hallazgo de estas tres chicas fallecidas es atroz. Queremos acompañarlas en el dolor”. 

Foto: FM En Tránsito

De a poco, aquellos que hasta hace un rato despedían los restos de las chicas van llegando a la rotonda. Desde la sala velatoria situada en la calle Bufano al 2600, caminaron con carteles exigiendo justicia. La circulación del tránsito ya está completamente interrumpida. Es de noche. Hace frío. Solo el fuego y la bronca rompen la oscuridad.

Denis, otra vecina, está junto a su hija. La nena tendrá unos ocho años. Cuenta que durante la desaparición de las chicas todo el barrio estuvo en alerta. “Se hablaban tantas cosas que no sabías a quién creerle. Uno se pone mal porque a las chicas las conocemos de chiquitas. Una de ellas fue amiga de la hija de mi marido. Las conocemos de siempre. Hablen lo que hablen, digan lo que digan, no merecían ese final”.

Denis, al igual que el resto de las mujeres del barrio, no deja de ponerse en el lugar de las familias de las jóvenes asesinadas. “Es horrible lo que pasó. No puedo estar en la cabeza de ninguna de esas mamás. No hay palabras para decirles. Solo queda estar acá. Todo el barrio está acá. Si el día de mañana me pasa algo así yo quiero que la gente me apoye de la misma forma”

La responsabilidad del Estado

Sobre uno de los alambrados que bordea una estación de servicio YPF, hay colgada una bandera con la leyenda “Gobierno, jueces y narcos. Todos cómplices”. “Yo no soy vecina de este barrio, soy vecina de otra parte de Ciudad Evita. Pero acá mataron a tres pibas matanceras”, dice Gladys. La mujer está indignada. “Me parece terrible que se juzgue a las víctimas, es decir, que se hable sobre sobre lo que hacían y qué no hacían. Eso me parece horrible. Hay que pedir justicia por el asesinato de estas chicas y que se investigue hasta el último responsable. Si está metido el narcotráfico y si hay una mafia en el medio, hay cómplices de los poderes del Estado”.

Gladys pone especial atención en cómo las bandas narcos avanzan en los barrios mientras el Estado se retira. “Acá se conocen los lugares a donde los chicos van a comprar droga. Sabemos que es una mafia muy fuerte y que la policía es cómplice. Hay mucha desprotección. Está la trata de personas, el narcotráfico y todas las mafias que corrompen a los chicos. Más la crisis económica. Se les ofrece salidas fáciles a los pibes para que sean soldaditos y vendan en las escuelas”. 

María Berta también es vecina de La Tablada y quiere hablar.  Para ella,  este fue un femicidio deshumanizante. “Me produce muchísima angustia y, por lo tanto, lo que sentimos es que necesitamos una respuesta desde todas las autoridades, ya sean municipales, provinciales, o incluso nacionales. Es necesario que todos intervengan y le den una respuesta a las familias. Si bien ya sabemos que fue una organización narcotraficante, ahora queremos que pueda salir a la luz toda esa problemática que nos atraviesa como país y que afecta no solo a La Matanza o a estas tres muchachas matanceras. Yo tengo hijos, nietos y, por eso, no quiero que les suceda lo mismo. No quiero vivir con ese miedo de que salen a la calle y no saber si vuelven”.

Foto: FM En Tránsito