Una contundente medida de fuerza se sintió hoy en las universidades nacionales. El ahogo presupuestario que dispuso Milei para las casas de altos estudios pone en peligro su funcionamiento más allá de unos pocos meses. El conflicto que afrontan es quizas de los más graves desde el retorno a la democracia.

Para encarar el ciclo lectivo 2024, el Poder Ejecutivo dispuso que se prorrogue para este año el presupuesto universitario del 2023, que fue votado a fines de 2022. Un recorte (in)directo puesto que la inflación interanual es del 272%. Con el actual presupuesto, las universidades calculan que podrían funcionar hasta el mes de abril o mayo. El dinero con el que cuentan no alcanza ni para pagar servicios básicos como la luz para las aulas.

El sueldo es otra parte nodal del conflicto. Desde el 10 de diciembre hasta ahora, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes es del 50%. Si bien hubo aumentos del 6% acordados en dicembre con la gestión anterior y del 16% en febrero, la inflación acumulada del 70%, nivela para abajo. Docentes de las categorías Auxiliar de primera, JTP (jefe de trabajos prácticos) o Adjunto están por debajo de la línea de pobreza.

Francisca Staiti, Secretaria General de CONADU Histórica, reflexionó con Radio Ahijuna acerca de los embates que las universidades están sufriendo. “Es el ataque a todo el sector público, un desguace completo. Es tirar una bomba, que explote el Estado y en esa bomba que caiga la universidad”, afirma.

El estallido afecta a docentes, nodocentes y estudiantes. Recortar la cantidad de materias en las inscripciones es el principal mecanismo que tienen algunas universidades para administrar un presupuesto 2023 en un año que triplicó sus tarifas. Este fue el caso de la Universidad Nacional de Hurlingham y la Universidad Nacional de Quilmes.

El miércoles, desde el Ministerio de Capital Humano se anunció un aumento de un 70% al presupuesto para las universidades. Sin embargo desde los gremios saben que el porcentaje es insuficiente. “Lo que las universidades necesitan para funcionar es un aumento del 300%. Con este presupuesto, si antes llegaban a abril ahora llegaran a mayo” concluye Staiti. Además, tal aumento no tiene fecha concreta de depósito, por lo que entiende se trató de una forma de intentar aplacar el paro.

Paro universitario general

57 fueron las universidades públicas que adhirieron a la medida de fuerza de este jueves. Diego Viera, Secretario General de la  Asociación de trabajadores y trabajadoras no docentes de la Universidad Nacional de Quilmes, destacó que “el paro es al Estado nacional, no a las universidades ni a sus rectores”. La completa adhesión y el acompañamiento de las comunidades, resultan fundamentales para el llamado a la emergencia económica y la continuidad del plan de lucha.

Como próximas medidas, se espera que cada universidad avance en actividades de visibilización, ya sea institucionalizando las medidas de fuerza (como en el caso de la Universidad de Buenos Aires) o generando acciones con la comunidad.  Marchas, charlas, ollas populares son algunas de ellas. Desde la CONADUH el viernes realizarán su primer congreso. Desde la Universidad de Quilmes, también el viernes, se realizará una marcha interclaustros.

En este sentido, Francisca Staiti destaca el apoyo de las tres centrales obreras al paro universitario. La universidad pública en Argentina se ha convertido en un modelo regional, que interpela y recibe a sectores que en otros países son excluidos de la educación superior. “No podemos dejar de lado lo que significa y qué universidad queremos“, concluye Staiti.