[Por Matías Martínez] El Club Deportivo Morón se aproxima al momento de una cita con la historia. En apenas unas horas el tiempo se detendrá y no habrá pasado, ni presente, ni futuro. Los recuerdos, las emociones y los sueños se encontrarán en un mismo lugar.

El punto de encuentro será el Nuevo Francisco Urbano a partir de las 20 hs. El rival, aquel que intentará marginarnos y postergar aún más aquello que anhelamos durante tanto tiempo será Platense.

La noche, seguramente fría, no logrará apaciguar el fuego contenido en el Oeste. Tierra distanciada de los logros que han obtenido los vecinos del sur, con barrios que han trascendido sus límites producto de las glorias futbolísticas. Sólo pensar en Banfield, Quilmes o Lanús.

“Morón nació grande” o “El gigante dormido” han sido alguno de los motes que nos acompañan desde hace tiempo. Un club que a pesar de haber postergado 27 años el festejo de un campeonato, fue, es y será acompañado por miles y miles cada semana. Una bandera aclara, “El oeste es todo mío”, por si quedaban dudas.

La cultura del aguante se refleja en Deportivo Morón. La fama del club que copa en todos lados y que cuando había visitantes, todos los clubes de la categoría esperaban la fecha con el Gallo para saldar las deudas de todo el año.

Que en cada lugar que vacaciones, a lo ancho y a lo largo de la República, te cruces con un Gallito o Gallita, que veas jugadores en la selección argentina como Campagnaro o Perotti y que desde Italia los entrevisten y recuerden su paso por este club.

Que uno de los mejores jugadores del futbol argentino en la actualidad aliente a su amado equipo y acompañe a su hermano mezclado entre miles en la popular frente a Patronato de Paraná. Los Martínez sean unidos. Nico y Román.

Que también hay que hacer una autocrítica sobre todos los errores cometidos. El Gallo pagó cara su fama. Sanciones, suspensiones, multas protagonizaron también las últimas décadas.

Ya sin hinchas en las tribunas ajenas, la pasión se trasladó a cada punto de la Argentina en amistosos o Copa Argentina. San Juan, Salta, Entre Ríos, Rosario, incluso Fray Bentos en la República Oriental del Uruguay fueron testigo en los últimos años de un sentimiento que no tiene explicación.

La canción reza que “por toda la gente que lleva, no puede quedar en la B”. Hasta los más acérrimos rivales del Deportivo Morón son conscientes que la historia reciente ha sido injusta con el Gallo.

Que la tragedia de Varela, el fallo de Español o el derrotero por Almagro no pudieron silenciar los canticos albirrojos que continúan propagándose desde la capital argentina del deporte que supo acobijar al campeón mundial de boxeo, Víctor Emilio Galíndez.

Hoy es otro Emilio el que nos representa. Desde 2003 que Damián Emilio Akerman no se cansa de gritar goles en Deportivo Morón. Goleador histórico, Akerman también es quien más veces ha defendido los colores del Gallo. La historia con él también ha sido injusta.

Habrá quienes hoy sientan que será un día de revancha, para quienes sólo sea un escalón, alto, largo, casi inalcanzable. Pero para quienes creen que la vida es circular, sabían que este día llegaría. Es más, se ilusionan con que el viaje recién empieza y porque el Gallo ya estuvo en primera, un día tiene que volver.

Si esta noche no hay festejo, a no desesperar, en todo caso quedarán cuatro finales por delante.