El pasado viernes 4 de octubre el gobierno nacional anunció el cierre de los servicios de guardia e internación del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, y anticipó que concretará mediante decreto el cierre total de la institución, dejando en la calle a 600 trabajadores y sin atención a sus pacientes, la mayoría niñas, niños y adolescentes.
La decisión que tomó el Ministerio de Salud, a cargo de Mario Lugones, se dio de manera unilateral y sin aviso previo, por lo que los trabajadores del Bonaparte resolvieron en asamblea general permanecer en sus lugares de trabajo, realizar un corte de calle en las inmediaciones del hospital (Av. Caseros y Combate de los Pozos, Parque Patricios) y seguir atendiendo en la guardia y a los pacientes ya internados.
Ante la repercusión masiva que tuvo la alarmante noticia (el Bonaparte es el único hospital público nacional especializado en salud mental y adicciones), el gobierno emitió un comunicado de prensa en el que evita hablar de “cierre” y en cambio señala que iniciarán un “plan de reestructuración” del hospital “producto de la reducida cantidad de pacientes que se atienden en la institución” y la reasignación de “un presupuesto de 17 mil millones de pesos anuales” para “priorizar la asignación de los recursos en los pacientes que lo necesitan”.
“Reestructurar es cerrar”, definió tajante en La Patria de las Moscas Andrés Evans, psicólogo y jefe del Servicio de Cuidado de Urgencia del Hospital Laura Bonaparte.
“Los números que empezaron a circular son totalmente falsos, cosas que se dicen para generar impacto”, alude haciendo referencia a que si bien el gobierno nacional habla de una subocupación del hospital, los números que dio la Dirección remarcan que en lo que va del año se atendieron 25.000 personas y reciben en promedio por mes a 2.000 pacientes con afecciones psíquicas o problemas de adicción.
El comunicado oficial asegura también que el Ministerio de Salud garantiza la derivación de los pacientes a otras instituciones. “Eso no va a suceder. La cuestión de la derivación solo es algo que se dice. No hay ninguna planificación o medida cuidada”, definió Evans.
El psicólogo contó que durante el fin de semana en el hospital siguieron funcionando los servicios de guardia y de internación para aquellos pacientes que ya residían en el instituto. Muchos de ellos, aclara, sin lugar a donde ir.
Para estos internos, la perspectiva de que cierre el Laura Bonaparte es especialmente dura, por lo que el equipo de internación armó espacios de contención para ayudarlos con el estrés que les generó la noticia. “La información del cierre de las internaciones y la incertidumbre de la derivación llegó a los mismos pacientes que están internados y fue devastador. Son personas con marcado padecimiento mental y mucho sufrimiento psíquico, y la derivación a no-se-sabe-dónde es muy shockeante.”
Los verdaderos motivos del cierre
Evans es taxativo al decir que al gobierno de Javier Milei “no le interesa el cumplimiento de la Ley de Salud Mental”, y que se empeña en representar a los mismos intereses que en la década del 90, durante el gobierno de Carlos Menem, buscaron cerrar el Hospital de Salud Mental Borda (CABA) y el ex Cenareso (hoy Laura Bonaparte) para vender sus terrenos.
Además percibe que en la decisión del ejecutivo hay también causa ideológica. Se trata de un desprecio hacia el modelo de salud donde el estado la garantiza como derecho público, y también contra el nombre del hospital mismo, ya que Laura Bonaparte fue psicóloga y Madre de Plaza de Mayo, activista nacional e internacional por los derechos humanos y una de las principales impulsoras de medidas judiciales contra los crímenes de lesa humanidad que cometió la facción del ejército que hoy el gobierno reivindica sin vergüenza alguna.
El apoyo masivo: #NoAlCierreDelBonaparte
Desde el viernes en que la cartera sanitaria anunció el cierre del Laura Bonaparte las muestras concretas de apoyo popular han sido constantes. El fin de semana hubo actividades culturales y el lunes las y los trabajadores realizaron una conferencia de prensa en las escalinatas. Todo ello mientras continuaban atendiendo.
“Hay mucho apoyo en la calle, muy diverso, y eso es muy gratificante. La gente nos acompaña, nos trae cosas, incluso aquellos que viven con lo justo”, resalta Evans. Además de la comunidad del hospital, también otros efectores de salud se manifestaron en apoyo al Bonaparte. Este martes incluso se vivió una movilización en defensa de la salud pública junto al Hospital Garrahan.
“Nos da mucho orgullo que tantas personas vengan a defender el hospital porque si lo hacen quiere decir que lo pasa acá tiene un efecto, que acá ocurren cosas buenas”
“La decisión de quedarnos en el hospital no pasa solo por la defensa del puesto de trabajo. Es una cuestión de responsabilidad ética, de seguir cuidando de las personas que están a nuestro cargo y de defender algo que es de la comunidad. Si la gente nos sigue acompañando, el Laura Bonaparte no va a cerrar”, concluye Andrés Evans, psicólogo y jefe del Servicio de Cuidado de Urgencia del único hospital nacional especializado en salud mental y adicciones.
Por Francisco Lofiego
Foto de portada: Página12