Delfina Zarrans es la mamá de la niña conocida como “Arcoiris”. Desde el 2018 lleva adelante una dura batalla legal para proteger a su hija e impedir que sea re vinculada con el entorno donde la pequeña sufrió abusos. Desde hace más de 70 días está en prisión domiciliaria.

“La semana pasada mi hija tuvo que hacer una tarea en la escuela. Le preguntaron cuáles eran sus cinco miedos. Mi hija anotó que la separen de su mamá. Esta es la historia de un montón de niñeces que son torturadas por el poder judicial”, relató Delfina Zarrans al aire de FM En Tránsito.

Arcoiris, tiene 7 años. A los 2 reveló los abusos que sufría por parte de su abuelo paterno José “Kuki” Vergara. En el 2018, el caso se judicializó. El acusado es Jefe de Despacho de la Secretaría de Justicia de la provincia de La Rioja.

Cartel con leyenda Ni Arcoiris con los abusadores ni su madre a prisión.
Foto: Facebook “Justicia por Arcoiris”

Delfina apuntó contra el poder judicial. “Cuando nosotras denunciamos la justicia se abroquela. Y lo que pasa en La Rioja es que es una ciudad chica. Entonces yo la recuso a la jueza y me va a tocar el otro juez que es primo, tío, hermano o amigo”.

Entre el 2020 y 2021, Arcoiris fue separada de su madre. En el 2022, fue secuestrada por su progenitor en la vía pública. En esa acción, el hombre atropelló a su abuela materna quien caminaba por la calle.

Pedir justicia por Arcoiris es creer en la palabra de mi hija

A mediados del año pasado, tomó intervención la Oficina de  Violencia Doméstica de la Corte Suprema. El organismo calificó el caso de “alto riesgo” y ordenó que quedaran al resguardo con domicilio reservado. También estableció el impedimento de contacto por parte del progenitor.

A pesar de esto, la jueza de la Cámara Cuarta en lo Civil, Comercial y de Minas Carla Menem ordenó la restitución de la niña con su padre biológico. Esta decisión desconoció la intervención del Tribunal Supremo y del Juzgado Civil 106 de la Ciudad de Buenos Aires.

El 23 de febrero la policía porteña se presentó con una orden de allanamiento en el departamento donde Arcoiris vive con su mamá. La orden la impartió la jueza Gisela Flamini del Poder Judicial de La Rioja. A su vez, la jueza Ana Carla Menem ordenó la detención de Delfina y que Arcoiris fuera puesta a disposición del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes.

“Cuando hacen el allanamiento me entero que el padre de mi hija estaba en Capital Federal. Lo que yo sentí es que él ya había arreglado con la jueza y tenía garantizado poder llevarse a mi hija a La Rioja”. Esa misma la tarde, notifican a Delfina sobre su prisión domiciliaria. La mujer puso el foco en la falta de perspectiva de género de Flamini. “Ella sabe que mi hija sufrió abuso sexual y mis denuncias por impedimento de contacto son posteriores a las denuncias de abuso. Entonces, una jueza de violencia de género no está teniendo perspectiva de género”.

Tras el allanamiento también intervino el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad. Luego de entrevistar a la niña presentó una denuncia penal contra el progenitor y hacia el abuelo por abuso sexual. Sin embargo, “la que está hace más de 70 días en una causa de impedimento de contacto soy yo. Mientras tanto, los imputados por abuso sexual están en libertad”.

Desde hace más de dos meses Delfina padece la criminalización y persecusión judicial, lo que también afecta la vida cotidiana de la nena. “A mí no me van a devolver los 70 días que me tienen encerrada. Tampoco me van a devolver no haber podido estar en el primer día de clases de mi hija ni en sus actividades cotidianas como llevarla a la plaza”. Su prioridad hoy es que la chiquita pueda hacer una vida de cualquier niña de 7 años. “Cuando ella tenga toda la seguridad de que está protegida y verdaderamente es libre, iniciaré acciones legales contra las juezas”, aseguró e insistió en la importancia de visibilizar esta situación. “Pedir justicia por Arcoiris es creer en la palabra de mi hija”, finalizó.