El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán condenó a prisión perpetua a los policías José Alberto Morales, Héctor Rubén Montenegro, Gerardo González Rojas y Claudio Zelaya, por el homicidio de Luis Espinoza.
El viernes 22 de mayo de 2020, el cuerpo de Luis Armando Espinoza fue encontrado al final de un precipicio, en el territorio catamarqueño La Banderita. Estaba envuelto en plástico negro y tenía una bolsa blanca en la cabeza. Durante una semana lo buscaron la familia y baqueanos del departamento de Simoca, en la provincia de Tucumán. Allí se lo vio por última vez mientras la policía del lugar lo golpeaba brutalmente.
Frente al tribunal también estuvieron Miriam González, Víctor Salinas, Carlos Romano, José María Paz y René Ardiles. Éstos recibieron condenas de 12, 7 y 5 años. Por su parte, se absolvió a Héctor Villavicencio y Álvaro González, los dos civiles imputados.
Luis Armando Espinoza era un trabajador rural. Tenía 31 años y era padre de seis hijos. Desde que se reportó su desaparición el 15 de mayo de 2020, la comunidad apuntó a la policía de Simoca y al vigía comunal Sergio Santillán por su desaparición.
Según se pudo reconstruir, Luis y su hermano Juan, habían ido a la localidad de Monteagudo a cobrar su salario. De regreso, en el paraje Melcho, se cruzaron con un grupo de policías de Simoca. Los efectivos venían de reprimir una carrera cuadrera. Juan contó que, tendido en el piso, alcanzó a escuchar un disparo en dirección a Luis. Luego, un golpe lo desmayó y ya no supo más nada su hermano.
La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación informó que Luis y Juan Espinoza fueron víctimas de un operativo represivo. Durante ese episodio, Juan cayó de su caballo. La Policía de Tucumán empezó a golpearlo. Luis intercedió para defender a su hermano y fue asesinado. La policía arrojó el cuerpo a 100 metros de profundidad en un barranco”.