La derrota cambiemita en casi todos los distritos confirmó que la gran cantidad de personas que recibió lo peor de las políticas nacionales y provinciales vive en el conurbano. Y así se lo hizo saber al propio Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal.
Esto se expresa en lo histórico de esta elección presidencial: es la primera vez en el trayecto democrático argentino que un presidente fracasa en su intento de reelección. La clave estuvo en el conurbano y en ese recorrido nos embarcamos.
Si Peronia fuera la Capital Nacional del Movimiento Justicialista estaría en algún punto de La Matanza.
Una vez más fue fundamental para la victoria del presidente electo y del nuevo gobernador.
Fernando Espinoza logró una diferencia de 39% respecto del Ministro de Educación y Ciencia y candidato local, Alejandro Finocchiaro.
Sin territorialidad y con el único “logro” de haber recortado presupuesto y cerrado programas educativos, la suerte del funcionario nacional pareció sellada desde el comienzo.
“Soy la candidata más votada de las elecciones y la intendenta electa por mayor cantidad de votos de la historia de Moreno”, aseguró Mariel Fernández por los micrófonos de FM En Tránsito.
Es la primera mujer que se encargará de los destinos de uno de los municipios más castigados por el atraso y la falta de gestión. Luego de haber obtenido la victoria en una multitudinaria interna, Fernández construyó una victoria de 31% de diferencia sobre el senador provincial, Aníbal Assef.
Después de destronar a Hugo Curto como intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela logró una epopeya en la que algunos de sus correligionarios fallaron: dar vuelta el resultado de las primarias de agosto y quedarse con la intendencia para un segundo mandato.
El ex periodista de TN se consagró por un 2% frente a Juan Debandi.

CASI, CASI REMONTA

El que no corrió la misma suerte fue Ramiro Tagliaferro en Morón. En las primarias perdió por más de 8% frente al ex intendente, Lucas Ghi. Las alarmas se encendieron en la alicaída gestión municipal y se realizó un gasto en propaganda política de las más caras en toda la región.
Pero además, con denuncias de clientelismo político como la entrega de chapas, tirantes y alimentos a nombre del propio intendente, incluso ratificado como política gubernamental por el propio jefe comunal, como para que no queden dudas.
También tuvo que enfrentar las denuncias por el vaciamiento total de insumos del hospital municipal, la renuncia de concejales al bloque cambiemita y una interna en el gabinete, mostraron la peor cara de un intendente que llegó con la promesa de renovar la política.
Pese a la victoria, los resultados volvieron a mostrar un electorado más refractario a las propuestas del campo nacional y popular. Tagliaferro estuvo cerca de dar vuelta la elección ya que perdió por un margen menor que en las primarias (solo 3,2% de diferencia). El desafío del nuevo intendente electo, Lucas Ghi, será consolidar lo propio y levantar una gestión que sucumbió ante su propia impericia e intolerancia.
El nuevo mandato que comenzará en diciembre será en un marco político distinto ya que tendrá que incluir dentro de la gestión al Partido Justicialista, al Frente Renovador y otras fuerzas del Frente de Todos.

LA SÉPTIMA SERÁ LA VENCIDA

Alberto Descalzo no tuvo mayores inconvenientes para lograr una nueva reelección dentro enItuzaingó.
Será la séptima gestión al frente de un municipio que lo tuvo como único intendente desde su creación en 1995. Pero éste nuevo período será el último de manera consecutiva dado la Ley Orgánica de Municipalidades, que se modificó en 2016, permite sólo una reelección para jefe comunal.
La sexta gestión fue de las más destacadas, entre el resto de los períodos de Descalzo, ya que debió administrar un municipio con escasos recursos y escuálida coparticipación.
Si consideramos que en 2015 Descalzó ganó por un margen muy pequeño y en 2017 Cambiemos arrasó a nivel local, la reciente victoria por más de 8% muestra una validación positiva de la gestión.
PREMIO A
LA REFUNDACIÓN

Otro de los jefes comunales que logró una victoria contundente fue Juan Horacio Zabaleta en Hurlingham con una diferencia de más de 22% de distancia frente a Lucas Delfino, candidato de Cambiemos. El reconocimiento electoral para Juanchi se basó en una gestión que también tuvo que una famélica entrega de fondos coparticipables por parte de Vidal.
Los cambios que se dieron a nivel local estuvieron sostenidos en crear mecanismos participativos para la sociedad de Hurlingham como la banca abierta en el HCD y nuevos dispositivos para las audiencias públicas.
Sin duda la discusión que atravesó todo el distrito fue la del plan estratégico que diseñó una planificación del distrito para los próximos años.
Ahora, Juanchi intentará colocarse como uno de los referentes del peronismo de la región, por eso propuso la creación de un Consorcio de Intendentes del Oeste para pensar proyectos de manera conjunta.

SIN EQUIVALENCIAS

La mayor distancia entre ganador y segundo se dio en Merlo. La victoria de Gustavo Menéndez fue todavía mayor que la alcanzada en La Matanza. Con una diferencia de 39,4%, el peronismo volvió a quedarse con la gestión local por otros cuatro años.
En esta victoria hay una clave oculta en la historia reciente del movimiento nacional y popular: fue el propio Menéndez el que comenzó a zurcir la reconciliación entre Cristina Fernández y el Partido Justicialista bonaerense.
Lo que viene para el Oeste será un desafío: pasar de la resistencia a las políticas de ajuste, a la gestión que promocione el trabajo y encienda el aparato productivo.
Mucho dependerá de lo que hagan Alberto Fernández y Axel Kicillof, pero sin el aporte territorial y de cercanía que tienen los intendentes construir “el país de todos” no será posible.


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